Queridos hijos, mi Corazón Inmaculado sangra al miraos a
vosotros en el pecado y en hábitos pecaminosos. Os estoy llamando: regresad a
Dios y a la oración para que seáis felices en la Tierra. Dios os llama a través
de mí para que vuestros corazones sean esperanza y alegría para todos los que
están lejos. Que mi llamada sea un bálsamo para el alma y el corazón a fin de
que glorifiquéis a Dios Creador, que os ama y os llama a la eternidad. Hijos
míos, la vida es breve, aprovechad este tiempo para hacer el bien. Gracias por
haber respondido a mi llamada.
Fuente: Fundación Centro Medjugorje
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