¡Queridos hijos! Mi presencia es un don de Dios para todos
vosotros y un estímulo a la conversión. Satanás es fuerte y quiere poner
desorden e inquietud en vuestros corazones y pensamientos. Por eso, vosotros,
hijos míos, orad para que el Espíritu Santo os guíe por el verdadero camino de
la alegría y de la paz. Yo estoy con vosotros e intercedo ante mi Hijo por
vosotros. Gracias por haber respondido a mi llamada
Fuente: Fundación Centro Medjugorje
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