"Queridos hijos, os invito a difundir la fe en mi Hijo,
vuestra fe. Vosotros, mis hijos, iluminados por el Espíritu Santo, mis
apóstoles, transmitidla a los demás, a aquellos que no creen, no saben y no
quieren saber. Por eso vosotros debéis orar mucho por el don del amor, porque
el amor es un rasgo distintivo de la verdadera fe, y vosotros seréis apóstoles
de mi amor. El amor revive siempre y de nuevo, el dolor y el gozo de la
Eucaristía, revive el dolor de la Pasión de mi Hijo, con la cual Él os ha mostrado
lo que significa amar inmensamente; revive el gozo de haberos dejado Su Cuerpo
y Su Sangre para nutriros de sí mismo y ser así uno con vosotros. Al miraros
con ternura siento un amor inmenso, que refuerza en mí el deseo de conduciros a
una fe firme. Una fe firme os dará en la Tierra gozo y alegría y al final, el
encuentro con mi Hijo. Ese es Su deseo. Por eso vividlo a Él, vivid el amor,
vivid la luz que os ilumina siempre en la Eucaristía. Os pido que oréis mucho
por vuestros pastores, que oréis para que tengáis el mayor amor posible hacia
ellos, porque mi Hijo os los ha dado para que os nutran a vosotros con Su
Cuerpo y os enseñen el amor. Por eso amadlos también vosotros. Sin embargo,
hijos míos recordad: el amor significa soportar y dar, y jamás, jamás juzgar.
¡Os doy las gracias!"
Fuente: Fundación Centro Medjugorje
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